lunes, 4 de junio de 2012

Cárceles y Campos de Concentración en Castilla y León


No paramos, aunque posiblemente este ya sí sea el último libro que presentaremos a lo largo de este año (o no, ¿?). Se trata del titulado Cárceles y Campos de Concentración en Castilla y León, una obra de 729 páginas editada por la Fundación 27 de marzo y coordinada por los profesores universitarios Javier Rodríguez González (ULE) y Enrique Berzal de la Rosa (UVA).

La presentación del libro tendrá lugar el próximo jueves 7 de junio a las 19:30 horas, en el Museo de León.
 

Los capítulos del libro se han repartido conforme a la actual división provincial de la comunidad autónoma de Castilla y León, y sus autores somos los siguientes:

- Ávila: Carlos de Pablo Lobo
- Burgos: Carlos de la Sierra
- León: Javier Rodríguez González
- Palencia: Enrique Berzal de la Rosa
- Salamanca: Severiano Delgado Cruz
- Segovia: Santiago Vega Sombría
- Soria: Carlos de Pablo Lobo
- Valladolid: Enrique Berzal de la Rosa
- Zamora: Javier Revilla Casado

Respecto a mi parte, decir que para el caso zamorano he titulado el capítulo como "Centros de reclusión durante la Guerra Civil y el franquismo en la provincia de Zamora". En él abordo sucintamente las históricas cárceles zamoranas (la real o pública en la calle Corral Pintado -cuya entrada hoy sirve de acceso auxiliar al Museo Etnográfico de Castilla y León-, la "Galera", ...) para centrarme en la década de 1930 y como llegan dichas instalaciones 


En 1794 se construye la que será nuestro centro de atención en la década de 1930, la Prisión Provincial de Zamora, ubicada en el espacio donde actualmente se encuentra la Subdelegación del Gobierno. En nuestro capítulo detallamos la descripción de la cárcel en aquellos tiempos: su hacinamiento, falta de condiciones higiénicas, falta de calefacción... Incorporamos datos de los presos políticos allí recluidos tras el golpe militar, incluyendo hombres, mujeres e incluso bebés que acompañan a sus madres en las celdas. Transcribimos testimonios directos de la "vida" en prisión: el personal penitenciario, los actos religiosos, los interrogatorios, las "sacas"... También abordamos los Consejos de Guerra que se realizaban en el Cuartel de Infantería Viriato, en cuyos patios se ejecutaron algunas penas capitales, aunque la mayor parte de fusilamientos tuvieron lugar en el Cementerio de San Atilano. 

Citamos un estudio que está realizando Miguel Rodríguez Ufano, el cual baraja la cifra de 1.300 encarcelados en la Prisión Provincial de Zamora en los meses posteriores a la fecha del 18 de julio de 1936. El mismo autor calcula que alrededor de 700 detenidos en dicha cárcel fueron asesinados.

A mediados de la década de 1940 se retoma el proyecto de construir una nueva cárcel provincial, ya aprobada en 1935. Sin embargo, su emplazamiento final sería más alejado al casco urbano de Zamora. Las obras de construcción, que en principio se plantearon para emplear a los propios reclusos, se dilataron varios años. Finalmente se hizo realidad la Prisión-Central de Zamora, famosa por haber albergado una sección para religiosos (la cárcel concordataria: 1968-1976) y por haber sido escenario principal de la película Celda 211 en 2009, tras su cierre en la década de 1990.

El trabajo también aborda las detenciones en las Prisiones de los Partidos Judiciales: Alcañices, Fuentesaúco, Benavente, Bermillo de Sayago, Puebla de Sanabria y Toro, desarrollando especialmente los sucesos relacionados con las cuatro últimas. Por destacar un edificio, que además se conserva actualmente con fines culturales, arquitectónicamente sobresale la Cárcel del Partido de Bermillo de Sayago, proyectada por Segundo Viloria Escarda en 1901. En los casos de Puebla de Sanabria y Toro, las cárceles se ubicaron en sus respectivos castillos, correspondiendo la autoría de la adaptación toresana de 1878 al ingeniero Práxedes Mateo-Sagasta, futuro Presidente del Gobierno y fundador del Partido Liberal.

En cuanto a Campos de Concentración de Presos Republicanos, la provincia de Zamora contó con dos de estos establecimientos durante el año 1939. El de Toro, que en el mes de abril tenía un total de 1.792 prisioneros, y el de Zamora, que a finales del mismo mes contaba 2.287 prisioneros. También existieron en el territorio zamorano Batallones de Trabajadores y Colonias Penitenciarias Militarizadas, en las cuales los presos realizaban trabajos a cambio de una mínima remuneración que se entregaba a sus familiares, contribuyendo también dichas labores a "redimir sus penas". Así, forzada o voluntariamente muchos prisioneros de guerra se convirtieron en presos-obreros, destinándose a labores individuales (en empresas locales) o colectivas. Entre las últimas, destacan las obras de la Azucarera del Duero (Toro), labores forestales en el Bosque de Valorio (Zamora) o la apertura de túneles para el Canal Toro-Zamora o el Ferrocarril Zamora-Orense. De la última obra sobresale el Túnel de Padornelo, en el límite con la provincia orensana, cuya horadación finalizó en diciembre de 1939 con mano de obra reclusa y se conviertió entonces en el túnel más largo de España con casi 6 Km de longitud.

Como epílogo del capítulo resumimos dos testimonios de sendas presas que fueron recluidas en la Prisión Provincial de Zamora al estallar la Guerra Civil:

- Pilar Fidalgo Carasa, natural de Morón de Almazán (Soria) y maestra. Casada con José Almoina Mateos, oficial de correos y destacado dirigente socialista de Benavente. Él huyó tras el golpe militar, pero ella quedó en Benavente ya que estaba encinta, dando a luz una niña con quien la recluyeron transcurridos pocos días desde el parto. Excarcelada en abril de 1937, marchó a Francia desde donde envió escritos que fueron publicados en "El Socialista". Acabó publicando el libro Une Jeune mère dans les prisons de Franco (París, 1937), reeditado en inglés como A young mother in Franco's prisons (Londres, 1939).

- Amparo Barayón Miguel, natural de Zamora y empleada de Telefónica. Casada con el periodista y novelista Ramón J. Sender.  Fue encarcelada el día en que asesinaron a su hermano Antonio y al día siguiente le llevaron a prisión a su hija Andrea pues era lactante. Fue sacada la noche del 10 al 11 de octubre de 1936, tras arrebatarle al bebé, y ejecutada junto a otras dos mujeres en el cementerio de San Atilano. Su historia es bien conocida gracias al libro A death in Zamora que publicó su hijo Ramón Sender Barayón en 1989 en los Estados Unidos.




Exposición sobre el libro
Además de la presentación del propio libro en sí, el Museo de León acoge ya una exposición temportal sobre el mismo, que puede visitarse gratuitamente hasta el 17 de junio.

La muestra se compone de abundantes materiales gráficos y documentales extraidos del libro y plasmados en 60 paneles. Ha sido organizada por la “Fundación 27 de marzo” con la colaboración del Ministerio de la Presidencia.